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La imagen del penal que no fue otorgado a Julián Álvarez en el encuentro contra el Real Madrid sigue fresca en la memoria de los aficionados del Atlético de Madrid. Aunque el partido de Champions League ya haya concluido y la UEFA haya mostrado recientemente imágenes justificativas a través de un vídeo, la incertidumbre persiste y las opiniones están claramente divididas. Por un lado, hay quienes apoyan que la falta debió ser sancionada; por otro lado, están aquellos que consideran que se cometió una injusticia que perjudicó al equipo dirigido por Diego Simeone. Aunque no se puede cambiar lo ocurrido durante el partido, hay medidas que se pueden implementar para prevenir que situaciones semejantes sucedan nuevamente.
Con esto en mente, la FIFA busca evitar incidentes análogos y ha decidido incorporar un chip en los balones que se usarán en el próximo Mundial de Clubes, programado del 13 de junio al 14 de julio de este año. La intención del organismo rector del fútbol mundial es rastrear la cantidad de veces que un jugador toca la pelota en diversas situaciones, y no únicamente durante las ejecuciones de penales.
Esta tecnología ya fue utilizada en la última Eurocopa celebrada en Alemania, donde se logró establecer si el balón había sido tocado con la mano en jugadas que no eran claras a simple vista. También se contará con la asistencia del VAR, que podrá acceder a la información proporcionada por el sensor para tomar decisiones informadas en caso de que surjan inconvenientes.
¿Qué implica el sensor?
La ‘Tecnología de Balón Conectado’ de Adidas incluye un sistema de suspensión en el centro del balón que contiene y estabiliza un sensor de movimiento con una unidad de medición inercial de 500 Hz. Adicionalmente, el sensor funciona con una batería recargable que se puede recargar mediante inducción.
Además, esta innovación transmite “datos precisos del balón al VAR en tiempo real; esto, combinado con la información sobre la posición del jugador y el uso de inteligencia artificial, permite a los árbitros tomar decisiones más rápidas desde el campo”, según se detalla en el comunicado de la marca. Con esta evolución, se busca minimizar la posibilidad de que se repitan incidentes como el de Julián Álvarez.
En otro aspecto, resaltan las propiedades de ‘Precisionshell’ y ‘CTR-Core’. Este producto consta de un panel externo compuesto por veinte elementos y un panel interno que aumentan tanto la fiabilidad como la estabilidad aerodinámica del esférico. Además, el diseño del balón incorporará los colores que representan la bandera de Estados Unidos, país anfitrión del Mundial de Clubes, destacándose en tonos rojos, blancos y azules. “Hemos invertido 18 meses en perfeccionar la iconografía clásica de la cultura estadounidense”, declaró el director general de Adidas, Sam Handy.
El balón se puso a la venta el 1 de febrero, aunque no contiene todas las tecnologías que se utilizarán durante los encuentros del Mundial de Clubes. Tiene un precio de 146 euros (160 dólares) y el 1% de la recaudación se destinará a Common Goal, una fundación que respalda proyectos que fomentan el cambio social.